La calidez de tus ojos y tus palabras me hacían sentir comoda, podía ver el cariño que me tenías sin aún conocerme, yo no te di ninguna esperanza. Tu perseverancia me hizo dar cuenta que tal vez de verdad querías estar conmigo, y finalmente cedí...
Fueron días de dudas y confusiones, no sabía si realmente estar contigo me haría feliz, pero como dije CEDÍ.
Ahora puedo sentir como me quema tu fría mirada. No entiendo la frialdad de tus palabras, siendo que antes la calidez de estas me enamoraba; la frialdad con la que pasas al lado mío sin mirarme, ahora pareciese que estoy muerta para tí, no te interesa nada de mí. ¿Como?, si antes lo único que anhelabas era estar junto a mí, hablarme y observarme, no comprendo como llegaste a cambiar tanto solamente conmigo, no comprendo tu serenidad, la felicidad que derrochas al mundo, lo imperturbable que estás.
El que ama nunca olvida; el que olvida nunca amó.
Yo no te amé, pero te quice mucho y aún no te olvido. Tus palabras son cortantes al igual que tus pocas miradas, me congela el corazón en tan solo pensarte. ¿Porqué me tratas tan mal?, mientras antes era toda una princesa. Tus llamadas parecen ser juegos, o yo seré tu juguete, púes ya no quiero serlo más y ya me resigné a tu cariño, a solo YO querer arreglarlo, a solo YO querer estar contigo.
Me aburrí y no me esforzaré más a entender cosas, mirarte o intentar hablarte, creo que ya tienes a tus AMIGAS y amigos para hacerlo y yo estoy demás en tu vida.
Si quieres acercarte y hablarme no te negaré, pero te responderé con la misma frialdad de tus palabras.
Adiós para siempre...
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